Vuelve el Ranking del Abuelo Cine.
10. MARGIN CALL
Sostenida durante una noche, en un escenario casi único y
centrada en la forma de reaccionar de cada uno de los que van surgiendo, sin
más información para aportar a lo largo de sus minutos que la ya dada al
inicio, no deja, a pesar de ello, de mantener la tensión y de calar muy
hondo en el espectador, ya sea porque el sentir de los personajes se
transmite con eficacia, gracias a espléndidas interpretaciones, o porque
nos hace retomar el enfado y temor ante el mundo en el que vivimos.
Chandor, que también ha
escrito el guion, nos ofrece todos los puntos de vista para no crear un
panfleto facilón y carente de capacidad denunciadora precisamente por
inclinarse demasiado en una opinión. A este autor le interesan más las personas
que retrata que el mensaje que, no por ello, queda en modo alguno alterado
9. MONEYBALL
Pitt es la enorme fuerza motora de la narrativa, apareciendo prácticamente en todas las escenas. Su
actuación es efusiva y
dinámica, con una actitud que quizás no
se asemeje al verdadero Beane, pero que en pantalla cumple con el propósito de
ganarse el respeto y la empatía del público. Hill, por su parte, ofrece una
interpretación que continúa destacando su crecimiento histriónico con
papeles que distan mucho del arquetipo del chico grosero que parecía se le iba
a quedar pegado al principio de su carrera. Callado, calmado y con una
excelente química con Pitt, sus parlamentos juntos están entre las mejores del
largometraje.
La dirección de Miller, su primer “turno al bate”
desde Capote (2005) es muy acertada y se complementa por
la ágil edición que
hace uso de visuales de los verdaderos Atléticos cuando lo encuentra necesario
para recordarnos que esta historia, con todo y las libertades artísticas que
seguramente se toma, se basa en una realidad.
“Resulta difícil no
romantizar el béisbol”, repite en varias ocasiones en
personaje de Beane a lo largo del filme, y ciertamente lo es. Incluso para
alguien como este servidor, que no sigue el deporte y podrían importarle
8. SUPER 8
Del primer al último fotograma, hay pasión
cinéfila, conocimiento de causa y, sobre todo, compromiso con el factor humano.
En este sentido, el prólogo es modélico: una lección magistral
Hay en 'Super 8' de todo, y casi todo es
atractivo. Abrams consigue hacer parones de melodía que saben a gloria y, sobre
todo, que no importunan el ritmo del relato, que a ratos es fascinante. Un
popurrí retro de monstruos con corazón de niño, un prodigio de imparable
imaginación. Esta película, una auténtica belleza, te hechizará. Pon 'Los
Goonies', 'E.T.', 'Encuentros en la tercera fase' y 'La guerra de los mundos'
en la batidora de 'Gremlins' - y transporta la mezcla a 1979 en el DeLorean de
'Regreso al futuro'- y tendrás el 'Super 8' de J.J. Abrams
Abrams tiene un estilo particular, que consiste
en crear un gran Mcguffin (ese elemento que parece el centro de la historia
pero que no es más que una excusa para hablar de algo más profundo). El
McGuffin se llamaba "humo negro" en Perdidos, "monstruo" en
Cloverfield y no diré su nombre en esta historia, pero lo cierto es que no
importa.
7. TREE OF LIFE
Incluso para los estándares de Malick, 'The Tree
of Life' representa algo extraordinario, es su trabajo más simple y más
desafiante, el resultado es arte en el cine en su grado más puro. Es
simplemente algo que no puedes ver en otro lado: profunda, idiosincrática,
sincera y mágica; la confirmación de que el cine puede aspirar a arte.
Inspirador, casi inabordable, complejísimo,
hermoso, trascendental poema en imágenes, una obra que queda para la historia
del cine desde ya.
Malick volvió a desmarcarse entregando otra
sinfonía. Pero no de cine clásico, sino del suyo particular, del
extraordinario, pues el norteamericano es el único director del mundo que
coloca la cámara en el lugar donde reposa la belleza y la empuja con la yema de
los dedos de un poeta.
Malick no se vende. Cualquiera que conozca un
poco la obra del realizador podrá decir lo que quiera. La ambición del director
acá era tremenda, no quería una simple cinta sobre la vida, quería que su
historia fuera la vida misma, su esencia y forma natural.
6. 13 ASSASINS
Lo que puede parecer un sabio ejercicio de estilo
se transforma en la restitución de un género. El largo clímax que enfrenta a
buenos y malos es, huelga decirlo, una lección de cine. Baña de
contemporaneidad los ecos de Kurosawa, a través de su lenguaje inmersivo y su
paleta cromática manipulada digitalmente. Un tour de force menos clásico de lo
que parece a primera vista
Thirteen Assassins como indico en el título es su
película más madura, remake de la película de 1963 y un claro homenaje a los 7 samuráis
del gran maestro Akira Kurosawa. Entre sus similitudes, está la organización de
la historia que si bien en la referencia teníamos tres partes, aquí son dos
partes, una parte dramática donde nos ponen en antecedentes y nos sumen en esa
vorágine de acontecimientos en el contexto del fin de la era Edo, para cristalizar
en su final más violento.
En una época donde una serie de elementos están a
la orden del día y que se repiten de manera sistemática como si de una
producción en cadena se tratase, véase desmembramientos, ralentizaciones,
efectos blur. Miike apuesta por un corte más clásico un acierto sobresaliente y
que sorprenderá en especial a sus detractores.
13 Asesinos es un ejercicio de clasicismo y
sobriedad narrativa, amén de una espectacular reconstrucción histórica de la
época edo, tan visitada por Kurosawa y otros autores en las décadas 40-60, pero
también es un ejemplo mágnifico de un cine de acción con una profundidad en la psicología
de los personajes y un tratamiento de la violencia que recuerda al gran
Peckinpack.
5. ATTACK THE BLOCK
Energía, sentido del espectáculo, humor feroz y,
lo más importante, sentido lúdico a pleno rendimiento. Lo más admirable de la
película es la velocidad con que se desarrolla el conflicto, el modo en que
saca partido de la pobreza de medios, el sentido del humor con que caracteriza
a los personajes secundarios es cine popular del auténtico
Joe Cornish, ante la huida de Edgar Wright a
producciones made in USA, parece haber cogido el relevo inglés de la
revisitación cómica por la vía del homenaje iniciada en “Zombies party” y “Hot
Fuzz” y dar más brío a la Serie B de “Evil Aliens”, “Feast” y “Demons 2”, bajo
la mirada de formulas mainstream ochenteras en la onda “Gremlins”. De hecho sus
propios protagonistas no saben dónde ubicar a las criaturas amenazantes caídas
del cielo utilizando referencias potterianas, tolkianas o cinematográficas. Esa
despreocupación por el entorno y la amenaza queda inicialmente expuesta en que
están más inquietos por aquello que puedan ganar frente a si van a sobrevivir.
Acertadísima en el tono y más aún en su ritmo:
ochenta minutos que se pasan volando y en los que se nos implica sin
posibilidad de escape. El notable trabajo realizado por su reparto (no esperéis
ver a Nick Frost más que unos minutos, tiene un cameo muy limitado) aporta
solidez a una historia tan sencilla como el mecanismo de un W.C.. Supervivencia
bien diseminada (y musicalizada) en un guión cargado de referencias e
interesantes personajes representados por pandilleros portando armas
improvisadas: katanas, cuchillos, navajas o bates de béisbol. Todo vale: son
ellos o esa suerte de lobos-gusiluz venidos del espacio exterior.
Afortunadamente aún queda un hueco en la pandilla pensado para cualquier
espectador con ganas de pasárselo bien. Así que no dudes: el viaje merece la
pena.
4. RISE OF THE PLANET OF
THE APES
Explota como sugerente y sugestiva bomba
visual revolucionaria y guerrillera, con un tramo final donde el simbólico Golden
Gate se convierte en campo de batalla con el homo sapiens haciendo frente
a un durísimo rival en forma de escuadrón de primates pasadísimos de rosca… con
razón.
Rupert Wyatt ha sabido resetear el concepto con
ideas frescas y darle trascendencia a un material que se prestaba al ridículo o
el delirio psicotrónico
Está muy claro desde el principio dónde se dirige
esta película, pero su modo de llegar allí es audaz, violento y desasosegante con
un apabullante clímax y enlace para la próxima entrega.
3. RANGO
Una exuberante y audaz carta de amor al spaguetti
western, enmascarada como unos dibujos infantiles. Y funciona deliciosamente en
ambos niveles. ‘Rango' es una especie de milagro: una comedia animada para
espectadores inteligentes maravillosamente hecha, con un gran apartado visual,
perversamente satírica y (¡por fin!) rodada en glorioso 2-D
Una de las más extrañas -y fascinantes-
producciones de animación digital surgidas al margen de Pixar,
interesante debut de Igor Verbinski
en el género animado. El director de la archiconocida saga de Piratas del
Caribe se ha sacado de la manga un “Camaleónico” Western (nunca mejor dicho) de
peculiar sentido del humor y fastuoso apartado técnico.
Las referencias al cine de John Ford y Sergio
Leone son evidentes, hay momentos de puro western, momentos conmovedores,
situaciones delirantes, romance y por supuesto, todo ello bajo un marcado tono
de comedia ácida.
2.
WARRIOR.
Retoma
la senda dramática-atlética de Rocky, esta vez situado en el mundo de las Artes
Marciales Mixtas (MMA), se trata finalmente de una auténtica película de género, un filme de boxeo de la vieja
escuela. Pero está mezclada con un relato de artes marciales y, como tal, es la
mejor película de artes marciales mixtas que se haya hecho nunca
La película posee una elevada carga dramática que
se hace patente desde el principio, el relato funciona en todos los niveles de una historia
netamente masculina, aunque a mitad de película cuando se hacen más frecuentes
los combates se nota un descenso en ese aspecto, para resucitar con más fuerza
en el tramo final.
La clásica historia norteamericana de sufrimiento
hacia el éxito se hace doblemente patente en esta ocasión, la comparación con
The Figther es inevitable, pero esta cinta se sostiene en el reparto por sobre
el notable despliegue particular anterior.
Nota aparte la banda sonora, en lo particular “The
National” es una banda favoritas, y el cierre que brinda a la cinta lo eleva a
lo coral, a lo cercano al drama de la opera. Simplemente notable.
1. 1. DRIVE
Ryan Gosling como un conductor solitario,
anónimo y parco en palabras que, como los violentos héroes del western y los
thrillers de los 60 y 70, siempre está de paso, intentando no implicarse en la
vida de los demás, hasta que ocurre algo y se ve obligado a actuar, desatando
un baño de sangre. No nos dejemos engañar por el título, “Drive” no se trata de
una película centrada en persecuciones, aunque hay estupendas secuencias con
coches, en las que prima más la tensión, la sorpresa y la emoción que la
ruidosa espectacularidad. Es una clara apuesta por un cine de acción de la
vieja escuela, directo y contundente, con la inspirada subtrama romántica para
provocar el cambio en el protagonista, pero esto no significa que se descuiden
los personajes. En realidad es uno de los puntos fuertes, un abanico de
personajes arquetípicos construidos con inteligencia y humor, que cobran vida
en manos de un elenco acertadísimo;
"Drive" es un festival para los
sentidos, con ese tufillo de filme de culto con aires de independiente y
personal, gracias al sello de su especial director, que no duda en utilizar la
cámara lenta para subrayar situaciones clave, estados de ánimo de los
personajes e instancias de enorme suspenso, acompañadas por canciones que
funcionan a la perfección, remarcando "Night call" de
Kavinsky & Lovefoxxx en los títulos de inicio, luego de un intenso prólogo
de 10 minutos, y el track "A real hero" de College &
Electric youth, que acompaña el final y los créditos de cierre.