19 de junio de 2010

Review: "La Vida de Los Peces" (2010)

Nunca me han podido gustar los peces. Me recuerdan todo aquello triste que tiene vivir en un acuario, con esa falsa sensación de libertad, y sin otro fin que decorar las habitaciones. Los peces me hacen recordar lo triste que puede ser una vida sin recuerdos, sin mirar el pasado, sin aprender de lo vido.

Lo de los peces es pura y simple intrascendencia, como seres faltos de memoria de corto plazo, su memoria no ha de superar los 2 segundos, todo lo que viven es nuevo y fugaz, toda su vida es sensibilidad y emociones, nada perdura, nada se aprende. Así es la vida de los peces. Matías Bize nos vuelve a brindar una historia de aquellas, no de amor, no romanticas, sino de relaciones humanas, y de eso presente en todas las dinamicas de pareja. Este concepto se repite ya en todas las cintas del director nacional, parejas con problemas reales afrontando situaciones cotidianas, dialogos imperecederos y el amor como elemento transversal a ellas. ¿Que nos trae de nuevo "La Vida de los Peces"? primero que nada un trato fotografico inusual para cintas nacionales, detalles de luces y colores que se agradecen (y que dicho sea de paso, hace que la experiencia de ver la película en la pantalla grande sea rentable), en segundo lugar una banda sonora acorde con la tónica de la cinta, una suerte de ese folk indie que termina conquistando a todos y ese pop actual creado para acentuar la soledad de los protagonistas.

Y en 3er lugar nos trae de vuelta a Santiago Cabrera, cuya destreza actoral queda demostrada, lo cual resulta muy adecuado puesto que ningún de los coprotagonistas de Blanca Lewin habían quedado a la altura de su calidad interpretativa. Santiago Cabrera, el pintor latino de "Heroes", esconde perfectamente su acento gringo (aprende Amaro), e incluso lanza uno que otro improperio chileno, pese a que la película esta narrada en un forzado castellano prolijo para sus fines comerciales internacionales (que se refieran a la "novia" en vez de la "polola" en una cinta chilena es más que inusual).

Su personaje, un tipo que se dedica a redactar artículos sobre resorts turisticos a lo largo del mundo y que tras 10 años decide a volver a Chile para reencontrarse con un amor del pasado, es el clásico estereotipo del sujeto moralmente correcto y virtualmente víctima de los acontecimientos con el cual el espectador tiende a solidarizar, lo cual, fuera de lo marqueteado de su papel, resulta un mérito del actor. Nunca he sido fan del cine chileno y su afán de autocatalogarse tercermundista, pero "La vida de los peces" es una obra que escapa a la norma, el producto de Bize hasta la fecha, y quizás con uno de los mejores finales de la historia del cine chileno. Un excelente ejercicio de cine y de interpretación actoral, recomendado para ver en pareja o solitario en la casa. Buen retrato de la idiosincracia chilena actual, sobre todo de aquella parte de la juventud que no se siente representado ni por "Yingo", "Calle 7" y similares.

Blanca Lewin debe dar el salto al extranjero ya, antes que las malditas teleseries chupen lo mejor de ella. Calif: 8/10 Pedropiedracantaenlapelicula Awards

En el fondo, nadie quiere ser como los peces, y olvidar todo lo que somos, más al parecer lo hacemos buscando respuesta a aquello que muchas veces queremos negar. El reencuentro en esta cinta se centra en eso, nuestra discapacidad para enfrentar el olvido y el pasado, y como las relaciones anhelan siempre tiempos mejores. Envidiamos a los peces y su capacidad para reinventarse a si mismos cada 2 segundos.

Un abrazo, Chamelo

1 comentario:

Anónimo dijo...

amor, te pasaste...me encantó!!. Promete eso si que vai a ver "en la cama" conmigo, yia?

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