
¿Cuantos sujetos han sacado provecho de una abierta postura feminista en sus obras? En estos días, son aún más.
En la trama, el periodista Mikael Blomkvist (Michael Nykvist) y la joven Lisbeth Salander (Noomi Rapace) unen fuerzas para encontrar el paradero de Harriet Vanger, sobrina del industrial Henrik Vanger, desaparecida hace 30 años. Detrás de este caso se esconde un secreto familiar que revela conexiones con los nazis y donde impera un machismo que parecía superado en una sociedad como la sueca.
En Los hombres que no amaban a las mujeres, Salander es una chica dura de roer, con piercings y tatuajes en todo el cuerpo, siempre vestida de negro, acostumbrada a responder con monosílabos. Tras salir de una clínica psiquiátrica, queda al cuidado de un tutor que administra su dinero y que, para desgracia de Lisbeth, también abusa sexualmente de ella cuando se le da la gana.
El hecho de observar la vida de una hacker bisexual, con abiertas tendencias antisociales, caracter violento y rebeldía contra el género masculino, es lo que motiva al espectador a seguir frente a la pantalla, ese morbo con el cuál Larsson atraviesa toda su obra es finalmente el hilo conductor de una pobre trilogía. No es la denuncia social, ni la revalorización femenina, ni menos los casos policiales. Sino, el interés en descubrir la manera en que nuestra protagonista intenta rearmar su vida llena de vicios y adicciones.
Para más remate, ahora se viene la versión Hollywoodense (el afán de americanizar todo nunca cesa) que de seguro girará más en el morbo y menos en la historia. La recomendación, quedarse con los libros.

Calif: 5/10 Hackerbisexualesquesevistendepunks Awards.
Saludos CHAME
No hay comentarios:
Publicar un comentario