
A penas cinco minutos han pasado luego del comienzo de la película realizada, en su gran mayoría, a estilo documental y esas palabras atípicas "no aterrizaron en Manhattan o Washington” no paran de nublar mi mente de endorfinas. Los receptores a cargo de mis funciones fisiológicas han logrado que se me escape una sonrisa. Me encuentro en Johannesburg y a penas puedo palpar el desierto, el hambre, la comida enlatada de gato, la humanidad alienada.

El cortometraje destacaba por el planteamiento y también por la forma en la que Neill Blomkamp integraba los efectos especiales en lo que parecía ser una pieza informativa real cubierta por medios de comunicación reales y protagonizada por personajes reales (que intervenían hablando a la cámara). El realizador quiso explotar estos hallazgos y darle una nueva dimensión, alargando y mejorando el desarrollo de tan interesante punto de partida.

De hecho, el argumento de District 9 surgió mientras ambos buscaban ideas para Halo, y basta con dedicarle una mirada a algunas de las webs que forman parte de la campaña de la que os hablaba antes para identificar los pilares sobre los que se apoyará la película: extraterrestres marginados en guetos, corporaciones tratando de sacar provecho de su tecnología mediante ingeniería inversa y toda clase de oscuros experimentos auspiciados por una intensa política racista.
El director ha declarado en la presentación de 'District 9' en España que el objetivo de su película es "utilizar la ciencia ficción como vehículo para contar historias humanas. Los alien son una identidad, el escalón más bajo de la sociedad. Como una metáfora, representan a la más bajo de la sociedad, a los que no tienen ni para comer", ha afirmado Blonkamp en declaraciones recogidas por Europa Press.

A causa de toda la complejidad política y el aderezo socialmente introspectivo, sería fácil olvidar que existe una historia exitosa tras “District 9”. En este filme, Neill Blomkamp nos presenta a Wikus van der Merwe, empleado de la compañía privada MNU. En “District 9”, dentro de lo que conlleva su trabajo, Wikus se encarga, junto a fuerzas militares proveídas por MNU, de hacer entregas de hojas legales de desalojamiento a los crustáceos que habitan parte del noveno distrito (lo cual me sabe muy cercanamente a pega de Trabajador Social, igual chora).



Como las grandes obras del género de ciencia ficción, ‘District 9’ nos hace reflexionar sobre las circunstancias de un escenario que parece real, de hecho, sacado de la realidad para llevarlo más lejos, que nos resulta cercano y posible, coherente aunque estemos viendo a enormes insectos inteligentes rebuscando en la basura y vistiendo harapos. Por cierto, si hubiera que darle una nota a los efectos visuales de la película no podría ser otra que la matrícula de honor, porque la manera en la que se logra situar a los alienígenas y su tecnología en nuestro mundo es totalmente alucinante.
"Mira, papá, lo arreglé, logré que funcionara.", le dice el hijo langostino a su padre Cristopher en la segunda mitad del filme cuando arregla lo que aparenta ser un tipo de maquina-holograma. Esto es precisamente lo que logra “District 9”, arreglar el cinema Hollywoodense. En “District 9” existe un claro entendimiento del uso y el manejo de cámaras, los efectos computarizados de los extraterrestres se implementan naturalmente con el ambiente y cada una de las interpretaciones por parte de los actores, el editaje es sumamente ingenioso y dedicado al detalle.
Recomendable, inteligente, espectacular, original y bien construida. Un comienzo tan innovador, un desarrollo en un formato tan personal, y un desenlace muy a tono. District 9 se convirtió en una de las grandes cintas del 2009, y en una a incluir en mi lista de favoritos. Al lado de otras grandes cintas de ciencia ficción de autor como "Hijos de los Hombres", o las primeras obras de Ridley Scott.
Calif: 9/10 Gambas Pordioseras.
El famoso cortometraje que dio inicio a todo, aquí:
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