2 de enero de 2013

Las Mejores Películas del 2012.



10. “Looking for a friend for the End of the World”

Pequeña, sencilla comedia que nos entrega un panorama apocalíptico pero recogedor en las manos de sus protagonistas. Extraña química existe entre ambos personajes, esa peculiar manera de relacionarse es suficiente para sostener el filme durante su trayecto, lo cual resulta finalmente en una gracia pues el transcurrir de la cinta apunta hacia la simple y bella levedad de esperar la muerte en los días finales de la humanidad. Cualquiera que pueda hacer comedia de esto y no caer en los recurrentes excesos y lugares comunes merece un lugar acá.
Eso, y que por primera vez Knightley está adorable.


9. “ Argo”

Director, no actor. Director, no actor. Debiese estar escrito en la pizarra de Ben. Affleck sabe imprimirle nervio a la cinta, primero presentando didácticamente los violentos hechos políticos en los que se basa esta historia; luego, mostrando el conflicto de los protagonistas; y a partir de allí, generando en el espectador una adrenalina que se acrecienta con el paso de los minutos, logrando un potente clímax en una larguísima secuencia final, con el plan de huída en marcha. El acierto de Argo reside en conseguir que un guión denso se mire por donde se mire, acabe siendo hasta emocionante. Todo lo contrario que la actuación de Ben Affleck, con cara de pasmado una y otra vez.


8. “ TED”

Define la comedia desde ahora en adelante, “Ted” comienza como una simple sátira sobre un oso de felpa con malos modales y vicios varios, pero se transforma en una ingeniosa historia sobre la amistad, las relaciones humanas y la idiosincrasia americana. Su fortaleza: los diálogos funcionan en cualquier parte y con cualquier personaje, el talento de McFarlane calza a la perfección en la pantalla grande donde puede expresar, finalmente, todas sus facetas e histrionismo. Un filme que refresca el deteriorado panorama del humor actual, se aleja de los lugares comunes y la risa barata y enlatada. A destacar: Los personajes secundarios realmente se lucen, Flash Gordon Rules!


7. “Looper”

Una de las grandes revelaciones del 2012, bajo presupuesto, refrescante propuesta. ‘Looper’ sigue el esquema clásico del film noir sin disimulo, y su comunión con la sci-fi se hace tan armoniosa, tan lúcida, que cuando surgen las preguntas al respecto de las paradojas temporales Johnson lo arregla todo de un plumazo en una muy inteligente conversación entre los dos Joe en una cafetería. A partir de ahí, el espectáculo sigue, con dosificada acción, pero el cine negro sigue siendo el tono del relato.  Para sorpresa del respetable la cinta no solo se inserta en los siempre interesantes viajes en el tiempo, atreviéndose a tirar por tierra todas las teorías y pajas mentales que surgen a raíz de las paradojas que un viaje en el tiempo provocaría. Pura delicatessen para los sentidos más cinéfilos.
Sus protagonistas, el mismo protagonista, son anti héroes, individuos torturados por sus pasados que se han redimido y que intentan justificar el rumbo de sus acciones desde su propio punto de vista moral... el cual nunca termina por ser equlibrado.


6. “Ruby Sparks”

Me robó el corazón. Una película sobre relaciones en pareja escrita y pensada por un pareja de actores en la vida real que mezcla el realismo mágico, las obsesiones y la superación. Sin dudas es una cinta diferente. No pretendo decir que es una propuesta única en la historia del séptimo arte —a estas alturas es prácticamente imposible lograr algo semejante— pero sí que es fresca y original comparada con la inmensa mayoría de los estrenos que nos llegan cada semana. Dicen que el amor se acaba. O que es un invento publicitario. Y que la rutina es letal. Podemos estar un rato soltando tópicos. Lo cierto es que las relaciones amorosas no son tan sencillas como las pintan en las películas. “Ruby Sparks” se hace cargo de los aburrimientos, rutinas y quiebres de manera original y novedosa.


5. “007: Skyfall”

Nunca pensaría en tener una Bond movie en el Ranking, pero Skyfall se ganó su puesto. Un 007 íntimo, derrapado, acabado. Un Bardem extraordinario que consume los pocos minutos en pantalla y opaca a resto del reparto, y una apuesta distinta lejos del típico glamour inglés en manos de un Sam Mendes que rinde homenaje de manera correcta al legado Bond. ‘Skyfall’ no es una película de James Bond al uso, llegando al punto en el que reniega de alguna de sus principales constantes. Otro de los rasgos distintivos es que James Bond jamás había sido presentado como un héroe tan vulnerable (tanto en lo físico como en lo emocional), algo que casa perfectamente no sólo con la línea de renovación que plantea el guión, sino que sirve para explorar un detalle que la franquicia siempre había ignorado: Lo prescindibles que son realmente los personajes que interpretan a los protagonistas de la historia.

Quizá no estemos ante la mejor entrega de la franquicia, pero sí que estamos ante la más elegante en cuando a la puesta en escena, ya que Mendes consigue equilibrar la necesidad de emoción (brillante el prólogo) con la belleza visual (la lucha entre sombras con el francotirador) contando también con una historia que se desmarca de sus antecesores.

4. “Chronicle”

Lejos, la mayor sorpresa del 2012. Su falta de marketing la hizo posicionarse incluso como una “boys movie” o una cinta más del tipo “Blair Witch Project”. Esta “mala fama” le hizo muy bien a “Chronicle” porque lo suyo es todo innovación en el género de los superhéroes y la apuesta visual que se puede lograr en la ciencia ficción.

No solo relata la adquisición de extraños superpoderes por parte de tres amigos, sino que describe el temprano y sufrido trayecto hacia la villanía de uno de sus miembros. La cinta es el mejor ejercicio que se puede realizar con bajo prespuesto y buenas ideas gráficas, su apuesta es por lo provocador, tránsito a lo oscuro e inquietante, reforzada por las interpretaciones naturales de un trío de actores poco conocidos.
Dinamismo puro.


3. “Batman: The Dark Knight Rises” 


El final de la trilogía se mantiene a la altura del desafío, si bien la película nunca alcanza la brillantez de El Caballero Oscuro, pero mantiene la urgencia moral y sus instintos pulp, en el marco de la seriedad, que se reafirma poderosamente en la necesidad del heroísmo en un mundo derrotado. El subtexto político del film está mucho más desarrollado que las ideas de El Caballero Oscuro. Es la película que se le permite a un cineasta cuando se le deja campar a sus anchas. Nolan por donde se le mire.

Eso y escuchar el acento de Bane una y otra vez.



2. “Holy Motors”

No estamos, eso sí, ante una película apta para todos los paladares cinematográficas, ya que, guste o no, ‘Holy Motors’ es una obra surgida de un creador que se sabe libre para hacer lo que le venga en gana, algo tan estimulante como peligroso a priori. Se trata de una bofetada al cine convencional. Ya en su desconcertante prólogo, ‘Holy Motors’ planta las semillas de un espectáculo que en ningún momento engaña al espectador sobre su propia naturaleza: Una sucesión de historias sin aparente conexión entre sí y en el que todo vale, no tanto con la intención de espantar al espectador como la de mostrar varias muestras de progresiva decadencia en la que incluso lo más bello es una mera excusa para retorcer lo que vamos a ver en pantalla. En definitiva, ‘Holy Motors’ es una de las películas más singulares de los últimos años y lo más normal es que genere reacciones muy encontradas: Grotesca, digna, dantesca, absorbente, fea, fascinante, irregular, fantástica, rara,… Este vaivén de calificativos, y los que no están en la lista, servirían para describir perfectamente la última obra de Leos Carax, un director tan inclasificable que aborda en “Holy Motors” su mayor desafío cinematográfico.

En plena época de la vacuidad argumental, del progreso técnico y digital y del cine entendido como una mera fábrica de ganar premios y millones, Carax asesta una dura bofetada a un público dormido por estar viendo siempre las mismas imágenes en pantalla ofreciendo algo distinto, una obra que se salta todos los convencionalismos y que muta, se reinventa cada vez que Oscar sale de su coche asumiendo un nuevo rol. Para ello, recurre a una estética bellísima pero recorrida por un feísmo casi molesto, abre y cierra cada nueva historia de una manera exagerada, inesperada, desafiante. Y esto puede hacerle ganar el rechazo de muchos de los que la vean.
A preparar el estomago se ha dicho.


1.    “Moonrise Kingdom”

El mejor Wes Anderson finalmente, preciosa historia y el apoyo de un eternamente correcto reparto. Anderson nos regala la que probablemente sea la película más bella del año, en la que el niño que lleva dentro toma el mando sin complejos. Una mirada al eterno verano de la infancia. Así, con una libertad extrema en la que cada detalle está cuidado al máximo, lo que inevitablemente la convierte, también, en una de las más melancólicas. El mundo de las historias de Anderson parece ser increíblemente artificial, no sólo en esta última, sino también en sus seis anteriores entregas. Sus historias, personajes, motivos y escenarios son parte de un montaje explícitamente irreal y no necesariamente lógico, que aprovecha al máximo los recursos narrativos que el cine ofrece. Sin embargo, los temas que aborda en sus películas distan de ser así, pues son innegablemente profundos y genuinos.
Fuera de la historia terriblemente nostálgica, el diseño de arte es digno de una ovación de pie, mundial. El diseño de producción es un elemento esencial en todas las películas de Anderson; los colores, el vestuario y hasta la más mínima pieza de utilería nos dicen algo sobre la escena o sobre el personaje. Pero Anderson no se conforma con usar el diseño de arte como un elemento narrativo, aprovecha y lo hace increíblemente estético. La película tiene una paleta de colores definida, un vestuario intricado e ingenioso (la enfermería y el traje de enfermos es increíble) y una serie de props particulares.

El soundtrack y la fotografía son como en todas sus películas, un elemento sabiamente aprovechado, con viñetas acompañadas por canciones que no podrían ser otras y movimientos de cámara exagerados que añaden a lo fantástico que es el mundo de Anderson. Y aunque el exceso de intelectualidad de este par de adolescentes y el cuidado esteticismo en la puesta en escena pueda parecer que juegan en contra de la emotividad de la película, el armado total de la propuesta es de tal nivel que si uno acepta la invitación, cae rendido ante el resultado. Eso si, acá no hay que esperar realismo, esto es un cuento. Un cuento, muy bien contado

Las constantes de su obra permanecen: adultos que parecen niños, niños que se conducen como adultos, grandes repartos, melancolía y hasta cierta tristeza, agudo sentido del humor, familias poco convencionales pero amorosas, personajes inadaptados, situaciones absurdas, diálogos bien estructurados, tonos ocres o colores estridentes y brillantes, efectivas bandas sonoras y selecciones musicales. Una apuesta íntima y segura.

2 comentarios:

carnet manipulador de alimentos dijo...

Si Carax a veces ha acertado o se ha acercado al blanco, no es desde luego con 'Holy Motors'. ¡¡¡Vaya pedazo de caca pretenciosa!!! Un saludo

Anónimo dijo...

Hola ¡
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