18 de mayo de 2009

Saramago y el AH1N1

Reemplace la palabra "ceguera" en este artículo, por la palabra "gripe", "influenza" o la que quiera... el resultado es el mismo.

"Algunos conductores han saltado ya a la calzada,
dispuestos a empujar al automóvil averiado hacia donde no moleste.
Golpean impacientemente los cristales cerrados. El hombre que está
dentro vuelve hacia ellos la cabeza, hacia un lado, hacia el otro, se ve
que grita algo, por los movimientos de la boca se nota que repite una
palabra, una no, dos, así es realmente, como sabremos cuando
alguien, al fin, logre abrir una puerta, Estoy ciego."


Gripe Porcina, Influenza Humana, AH1N1... Llamen le como quieran, la psicosis ha llegado finalmente a nuestro país, con un impacto mucho más mediático que sanitario (exactamente como debía ocurrir en Chilito Lindo). Sería raro no observar durante esta semana maldita Consultorios atiborrados, especiales en noticiarios y prensa escrita de prevención de la llamada pandemia, Ventas exageradas de mascarillas en las farmacias, y uno que otro loco de turno que encargue de alarmar a la gente... espero, por el bien de todos, equivocarme, y que las autoridades se muestren lo más certeras frente al asunto.

Al respecto cabe una reflexión que tenía hace mucho tiempo pendiente, la cual no quería realizar con una fe ingenua de que esta paranoia no llegase a nuestro país, en relación a la cinta estrenada el año pasado "Blindness" (Ceguera) de F. Meirelles ("Ciudad de Dios"; "El Jardinero Fiel") que relataba de modo caótico una situación similar, y, aún más importante, se basaba en la obra de Saramago para crear la cinta. "Ensayo sobre la Ceguera", es una suerte de vaticinio al estilo DaVinci sobre lo que se nos puede venir encima... vale la pena darle una mirada.

Con un estilo ciertamente original, frenético, y un modus operandi de ciencia-ficción por su trama apocalíptica y surrealista, José Saramago hace que una novela densa (en algunas ediciones tiene 500 páginas), se lea fácilmente, con total complicidad con el lector, por el horror que éste está leyendo, e inevitablemente, imaginándose. (Review del AbueloCine a "Blindness")

"Verás, eso pasará, no estabas enfermo,
nadie se queda ciego así, de un momento para otro, Tal vez,
Cuéntame cómo ocurrió todo, qué sentiste, cuándo, dónde, no, aún
no, espera, lo primero que hay que hacer es llamar al médico, a un
oculista, conoces alguno, No, ni tú ni yo llevamos gafas, Y si te llevase
al hospital, Para ojos que no ven, seguro que no hay servicios de
urgencia, Tienes razón, lo mejor es que vayamos directamente a un
médico, voy a buscar uno en el listín, uno que tenga consulta por aquí"


En cierto modo, podemos estar hablando de una novela de terror, porque es difícil superar la fuerza y el impacto de la situación de la que se parte como premisa. Un señor que conduce, y que de repente, ante un semáforo en rojo, se queda ciego. Pero no una ceguera normal: en un abrir y cerrar de ojos lo ve todo blanco. En su desesperación, acude a varias personas para consolarse ante tal desgracia y con la esperanza de curarse o al menos de comprender el origen de su repentina tragedia. La consecuencia directa es que todo aquel que ha tenido contacto, por mínimo que sea, con ese señor, se vuelve igualmente ciego. Esto es así hasta que la epidemia, de carácter exponencial, obliga al gobierno a intervenir para aislar a los infectados, que hasta ese momento son centenares, y mandan a los militares a expulsarlos a un edificio abandonado.

(¿Nos suena familiar esto? Tipos que sin razón alguna contraen un mal, contagios frenéticos a todos sus contactos, solución desconocida, descontrol y terror social exponencial al paso de los días, exposición mediática intensa... todo esto adquiere valor distinto estos días).

¿Qué nos dice Saramago que ocurrirá a continuación?
Allí los protagonistas, de los que ningún momento el narrador se molesta en decirnos sus nombres, malviven en unas condiciones inhumanas. Al principio la situación, dentro de que están desesperados por su ceguera, es tolerable, pero conforme avanzan los días y las dosis de provisiones se reducen (por miedo de los militares a infectarse), se forman clanes, las mujeres son obligadas a prostituirse con el fin de intercambiar comida robada, la higiene y la salud comienza a obviarse por completo, el miedo y la resignación se apoderan de los ciegos. Este mal muestra lo peor de cada uno en situaciones de extrema sobrevivencia, lentamente la influenza humana se convierte en una pandemia que más que enfermarnos nos deshumaniza, nos convierte en animales, seres desesperados hipnotizados por las noticias de los medios y el pánico general. Una suerte de lo que ocurría en Death Note cuando el mundo entero tomaba noticia de la existencia de un ser tan despiadado como "KIRA" otro elemento a revisar en estos días de crisis, simplemente notable. (Review del AbueloCine a "Death Note")
¿Y el Final, que pasará con nosotros al final?
El final, es el final sin final. Aquel que llega sin razón aparente. La ceguera en este caso, comienza a desaparecer paulatinamente en todos, sin mediación alguna todos recobran la vista lentamente, así como llego, se retira. La gente recupera su salud y, inevitablemente, aprende una lección de vida. ¿Es posible que esto ocurra en Chile, o el mundo? Quien sabe, el final refiere más a dejar de lado un alarmismo inexplicable y comenzar a buscar soluciones de manera sensata, pues, con el Invierno encima, se hace casi imposible que nuestro sistema de salud colapse en cualquier momento. Mi llamado personal al respecto es informarse por medios oficiales, y no ver los noticiarios nacionales, puesto que estos son focos del mal periodismo (pagan justos por pecadores, lo siento) y solo contribuirán a acrecentar el malestar. La prevención es clave, así como el cuidado higiénico. No existe una receta para salir de esto, está claro, pero si maneras civilizadas de sobrellevarlo, ahí nuestro desafío.

Saramago, Meirelles y Blindness, entonces nos entregan valiosas reflexiones al respecto. Con un final muy acertado y un envolvente estilo que, como ya se ha dicho, se hace difícil al principio, "Ensayo sobre la ceguera" es una de las grandes novelas sobre la condición humana.
Siempre se dice: "El hombre es cruel por naturaleza". Aquí el aforismo se transforma a, digamos, “el hombre es cruel, despiadado y brutalmente egoísta por naturaleza ante situaciones extremas”.Indispensable. Una lección de literatura y de sabiduría sobre el comportamiento humano ante situaciones adversas.

Para los que desean, aún están a tiempo de ver esta película que hace poco salió a DVD, donde, repito, el director brasileño -'Ciudad de Dios' (2002) y 'El jardinero fiel' (2005)- ha llevado al cine la historia de esa epidemia de ceguera que se extiende sin piedad, ni explicación, entre los habitantes de una ciudad. Una epidemia que saca lo peor del ser humano: los primeros enfermos son aislados en un hospital por miedo al contagio y en esa microsociedad se desencadena una lucha por la supervivencia en la que se impone la ley del más fuerte, sometimientos, violaciones y asesinatos incluidos.

Eso chicos, lo más fácil en estos momentos es desesperarnos... hagamos un esfuerzo esta vez, y pensemos en todo nuestro actuar... y sigamos los consejos de los expertos, acá!

(Recomendaciones ante nueva Influenza Humana AH1N1)acá!

Saludos.
Chamelo, curado... pero solo de espanto.

Por último, agregar unas palabras de Saramago respecto a la Influenza Humana, sacadas de su blog:

"Pero lo más importante es el bosque, no los árboles: la fracasada estrategia antipandémica de la Organización Mundial de la Salud, el progresivo deterioro de la salud pública mundial, la mordaza aplicada por las grandes transnacionales farmacéuticas a medicamentos vitales y la catástrofe planetaria que es una producción pecuaria industrializada y ecológicamente sin discernimiento.

Como se observa, los contagios son muchos más complicados que el hecho de que entre un virus presumiblemente mortal en los pulmones de un ciudadano atrapado en la tela de intereses materiales y la falta de escrúpulos de las grandes empresas. Todo está contagiando todo. La primera muerte, hace ya largo tiempo, fue la de la honradez. Pero ¿podrá, realmente, pedírsele honradez a una transnacional? ¿Quién nos acude?"


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