19 de mayo de 2009

Review: SICKO

10:00 am del Martes.
Corro a buscar una pelota de baloncesto, la clase está por empezar, y para calentar tendremos una breve "pichanguita"

10:03 am del mismo día.
Estoy tirado en el suelo, agarrándome mi tobillo. Al parecer caí en el pie de alguien luego de saltar, pero caí mal, doblandome el tobillo... y mucho.

10:07 am
Recupero algo de dignidad y logro sentarme, el dolor es insoportable pero ya es estable. No obstante, no puedo pisar en lo absoluto.

10:10 am
Me retiro de la clase, me voy caminando a enfermería (la cual se encuentra fatidicamente ubicada en la piscina del Campus, o sea al otro lado del planeta en este caso), "caminando" pues en realidad piso solo con el pie izquierdo... cojeando, avanzo 30 centímetros por minuto.

Si este fuese el trailer de una película, de seguro muy poca gente lo vería, Si esto fuese un caso real, de seguro muy poca gente sabría que hacer; Ahora, si esto fuese un documental de Michael Moore, el irreverente gordito me habría metido de seguro en un bote y habríamos partido a Guantanamo a buscar atención gratuita a mi problema.
Eso es lo que nos reúne hoy, una revisión a el último documental de Michael Moroe ("Sicko"-2007-), y una comparación que sea hace necesaria después de mi particular experiencia en el sistema de salud el pasado Martes. Yo, un fanático declarado de el pesado de Moore- tal vez por mi patogeno gusto hacia el humor gringo- ya he visto todos sus documentales anterior, incluso los desconocidos, por lo que sabía más o menos por donde se venía la mano (como diría King Queso "Esa era la mano").
Casi 50 millones de estadounidenses no poseen cobertura médica hoy en día (algo asi como pertenecientes a los primeros grupos del FONASA nacional), no obstante la cinta no trata sobre estos tipos sin cobertura, sino sobre aquellos que aún en posesión de seguro de atención médica se le es negado la salud (ya sean cirugías, o medicamentos fundamentales). Según Michael Moore, las aseguradoras contratan personal para tratar de evitar que se atienda a un porcentaje muy concreto de gente para así ahorrar dinero y enriquecerse. Sus excusas son que los tratamientos son experimentales (trasplantes) o que el paciente ha mentido en su historial (si se oculta alguna enfermedad, por pequeña que sea, no se procede al tratamiento necesario). Además, se citan casos de personas que no han podido ser aseguradas por ser demasiado gordas o demasiado delgadas, y otros casos aún más repugnantes.

Increiblemente, el ojo de aguila de Manolo Caire logró detectar (en un momento flash de la película) que Chile se encuentra un par de escaños arriba en el ranking por sobre Estados Unidos. Así es! Pese a nuestros críticados consultorios, nuestros hospitales de Talca, nuestras camillas en los pasillos, nuestros niños intercambiados al amanecer, somos mejores que en EEUU!, Al parecer la cosa allá es mucho peor, tanto así que en el documental se muestra a una señora que es abandonada en la calle (dopada y todo) al no poder costear el tratamiento de su enfermedad.Y así, Moore ennumera sin rencor las aseguradoras (ISAPRES acá) que lucran con la salud de los ciudadanos, lo cual nos hace agradecer nuestra previsión en Salud y besar al querido Plan AUGE. La comparación es descarnada cuando se visitan países como Francia e Inglaterra donde cuentan con servicios tales como Visitas Gratuitas de Médicos a domicilio, un año de licencia maternal, una asesora del hogar que acude a tu casa a lavarte la ropa y hacerte la comida, o incluso peor, la devolución de tu dinero si tuviste que acudir en bus o micro al hospital. Oh My Gosss!

Cabe preguntarse, ¿Es cierto que el sistema de salud chileno vale la pena?

Tras la lesión que me tiene de parásito en mi casa puedo contarles mi experiencia personal.
Luego de doblarme el tobillo y quedar viendo estrellitas, me dirigí a Guardarropia, allí el tipo a cargo me vio que andaba para la historia movilizándome, por lo que decide por walkie talkie llamar a un móvil de emergencia para que me vaya a dejar en las puertas de la Enfermería.

3 mins. después llega una camioneta a la misma puerta del gimnasio y me ayudan a ingresar para llevarme a Enfermería, en le Enfermería me atiende una enfermera de la cual ya me hice amigo tras mis visitas frecuentes. (casi 6 años en la Universidad, nunca antes había estado allí, pero en el último mes ya he ido 3 veces!) La enfermera me aplica hielo, y decide derivarme a la Clínica UC que se ubica en el centro de Stgo. pues allá podrán darme el cuidado necesario pues no era una simple torcedura al parecer, lo mejor es que debido al seguro de la Universidad no me costará un solo peso, Increíble.

Me recomienda que me consiga alguien que me acompañe, mal momento para no tener a ninguno de mis amigos conmigo en la U. Llega el radiotaxi (así es, un radiotaxi) y siento que viajo en primera clase camino a la Clinica, me voy sentado atrás con el pie descalzo, una bolsa de hielo en mi pie, pero sobre todo una mirada de sorpresa debido a lo que estaba presenciando. No quedan muchas cosas gratis en la vida chicos.
Cuando llegamos a la Clinica, el chofer me dice que no me mueva, que va a conseguirse una silla de ruedas, si, una silla de ruedas, ¿pueden creerlo?; nunca había andado en una, y pueden tildarme de loco o raro, o lo que sea, pero fue genial. Estas cosas adquieren especial sentido para un hombre de 1,92 mts y más de 100 kgs, que te faciliten el movimiento es impensable. Llega un tipo con la silla de ruedas, lo unico que quiero es que se vaya pues me muero de ganas de manipular libremente la silla, girar, retroceder, etc; pero él se queda, me mete conversa y me deja en el módulo de urgencia, donde me recibe otro tipo y me lleva a inscribirme, hasta ahora mi pie malo ni siquiera había tocado el frío suelo (ah si! todavía andaba descalzo y con el tobillo como un melón, no era el más lindo de los espectaculos).

Posteriormente me llevan a tomar los datos, e ingresar mi consulta de urgencia, la cual ,posteriormente supe, costaba $29.000, dinero que tuvo que sacar P.P. Rosso de su bolsillo, bien! Una fracción de segundos, y nadie me mira, comienzo a hacer acrobacias con la silla de ruedas -es cool- hasta que llega el gordito simpaticón y me lleva al lugar de espera de la consulta, solo atino a reirme, me pilló con las manos en la masa.

Cuando me llaman a la consulta, una auxiliar me lleva hasta donde dos jovenes doctores con cara de "somos secos, pero solo leyendo libros", con decir que me preguntaron 3 veces si "Tiene alguna clase alergía?", pero que importa, no estoy pagando por esto. Los médicos me ven y sospechan inmediatamente de fractura, así que me hacen un papelito y me mandan a sacarme una radiografía, ambos me ayudan a sentarme de nuevo en la silla de ruedas, y me llevan de vuelta al modulo de urgencias, donde debo sacar una solicitud de radiografía para tobillo.
La radiografía costaba $32.000, los cuales tampoco tuve que desembolsar obviamente. Ahora viene lo más cómico del asunto, mandaron a la auxiliar más joven y flaquita a buscarme, ella me llevo empujandome en una silla de ruedas hasta el ascensor (nunca más miraré a alguien en silla de ruedas en un ascensor, fue terrible la sensación en un ascensor lleno de que todos te miran). Tras salir del ascensor tuvo que ascender por una rampa en declive, se le hizó imposible, la pobrecita no se la pudo conmigo, así que tuve que aplicar brazos, y con mis manos la ayudé girando las ruedas con mi fuerza, a lo que ella respondió "Es que se me resbalan las zapatillas". JEJEJE. Una vez en las radiografías, me acuesto de costado y rapidamente termino con el proceso, ahora un auxiliar más fortachón me lleva de vuelta al módulo de urgencias, nos fuimos conversando sobre la influenza y los niños infectados.

Con radiografía en mano, me llaman de vuelta a la consulta, pero ahora no estaban los doctores pollos, sino un doctor colombiano al parecer, por su correcto modular y acento sabrosón, me dice que no tengo daño óseo, que no tengo que preocuparme, solo un esguince de tobillo, hielo durante dos días y antiflamatorios en su debido tiempo. Me pone una Ortesis de Tobillo (como una tobillera), me pregunta si tengo medicamentos en mi casa, le respondo que NO con la ilusión de que me regalase algunos, aunque lo unico que me regaló fue una receta para que los compre, y me mandó para la casa, con una auxiliar que empuja mi silla de ruedas obviamente.


Luego de los trámites necesarios, sali de la Clinica, con la frente en alto con un sistema de salud mejor que el de los gringos, no son muchas las ocasiones en las cuales tenemos este placer, así que lo disfruté pese a que tuve que irme en taxi pues no podía caminar, aún hoy no puedo hacerlo, puesto que me esperan un lindo fin de semana largo de reposo.

¡¡Cuanta razón vuelve a tener Michael Moore en esta ocasión! Fuera de todo lo inventado, marqueteado o truqueadas que puedan resultar gran parte de las escenas, el documental en si es una buena experiencia de cine de denuncia, y de ese humor único que hace de Moore, el enemigo número de Los Estados Unidos de Norteamerica.


Calif: 8/10 GripePorcinaAwards.


Saludos, Chamelo.
En cama poco, pero en reposo harto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pobechito...no conocía todos los detalles ah!

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Pura locura de Mr. West